Es difícil encontrar profesores dentro de los centros educativos que se sientan parte de un equipo. Mi experiencia me hace apostar por crear equipos docentes donde las personas estén unidas y con las metas claras, ya que ayuda a alcanzar los objetivos educativos.
La teoría de Patrick Lencioni sobre las cinco disfunciones de un equipo, nos ilustra a la perfección los diferentes obstáculos que necesita superar un grupo de personas que quieran convertirse en un equipo. Enfoquemos en positivo dichas disfunciones, imaginando qué necesitan los equipos docentes para estar verdaderamente cohesionados y ser eficaces:
1.- Confianza entre los docentes del equipo
Entendida como la seguridad que tienen los miembros del equipo, en que las intenciones de sus compañeros son buenas y favorecedoras para alcanzar los objetivos educativos colectivos. Esto hace que se sientan vulnerables unos con otros y no haya ninguna razón para comportarse de forma protectora o cautelosa.
2.-Capacidad para generar una visión común
Es inevitable que en el seno de equipos tan grandes como los docentes existan diferencias y por tanto discusiones o conflictos. Es necesario aceptar que es parte del proceso madurativo de cualquier equipo. Ahora bien, los equipos cohesionados y maduros se entregan a conflictos productivos, donde el único propósito es construir una solución posible y común a las diferentes ideas y visiones en el espacio más breve de tiempo.
3.-Compromiso con las decisiones adoptadas
Refiriéndome a la capacidad de poner en acción aquellas decisiones adoptadas por el equipo en sus reuniones de claustro, ciclo, departamentos, etc. Esto implica la total aceptación de las decisiones por parte de todos los docentes del equipo, teniendo la completa confianza de que ningún miembro duda sobre el apoyo que merecen las decisiones aprobadas.
4.-Responsabilidad mutua en la puesta en marcha de las decisiones
Quiero aclarar que los equipos docentes con un alto nivel de desempeño, enfocan la palabra responsabilidad desde el concepto de “habilidad para responder” y no desde su acepción de obligación. Y desde ese punto de vista, la responsabilidad para que las decisiones adoptadas lleguen a buen puerto es de todos y cada uno de los miembros del equipo, y no exclusiva de aquellos compañeros que las ponen en marcha y ejecutan.
Por ello, una tendencia natural de estos equipos en las reuniones es dar y pedir explicaciones sobre el estado de consecución de cada decisión, con la intención de hacerse todos responsables de la situación de cada decisión y ofrecer apoyo a sus compañeros en caso de necesitarlo
5.-Orientados hacia los resultados educativos
Los equipos docentes eficaces centran continuamente su energía en las metas colectivas del grupo. Quiero matizar que cuando hablo de resultados educativos no me refiero sólo a las pruebas de diagnósticos marcadas por el organismo educativo competente, número de alumnos aprobados, tasa de abandono escolar…sino a una mirada mucho más amplia de resultados acorde a las metas y objetivos de cada centro y proyecto educativo.
¿Cuáles son para ti las “claves” para ser un gran equipo docente?
Considero que es necesario para que los equipos docentes funcionen tener todos una visión de conjunto. En educación no es tan sencillo cuando hablamos de formas distintas de llevar a cabo nuestra tarea como profesores. Por otro lado, resulta importante confiar en que todos podemos llevar a cabo nuestro compromiso.
Estoy de acuerdo contigo Albero, que es todo un reto lograr alcanzar una visión de conjunto y más reto aún crear la atmósfera de confianza adecuada para poner la visión de conjunto en compromiso. Muchas gracias por tu opinión Alberto
Hola Ángel, estoy de acuerdo contigo salvo en la primera afirmación que haces en relación a que es difícil encontrar profes que se sientan parte de un equipo. Ocurre que en un centro educativo hay muchos y diferentes equipos (formales) de los que podemos formar parte y que nos sentimos más implicados con unos que con otros, pero es muy raro encontrar a un profe que no tenga como referencia a un equipo para una u otra cosa en el centro. Otra cosa es el gran grupo: es evidente que a medida que crece el número de personas que integran la organización y más dispares son, es más difícil converger en un trabajo común, pero no imposible.
Absolutamente de acuerdo en que el primer ingrediente para que funcione es la confianza. Ya lo trabajamos el otro día con las dinámicas que nos propusiste: en la medida en que confías en el otro estás más dispuesto a «relajar» tu relación con él, a liberarla de prejuicios y barreras que dificultan la comunicación.
¿Sabes? No pondría en último lugar la orientación hacia resultados educativos, sino que le daría un lugar preminente. Con alguna frecuencia, equipos muy motivados, muy productivos y muy exitosos, enfrentan sus proyectos en un centro educativo buscando formalmente el «éxito educativo» pero inconscientemente buscando generar un buen clima entre sus miembros, la autorrealización de sus aspiraciones profesionales y casi siempre el reconocimiento de los demás por más que esto no se explicite. Nunca, nunca, debemos perder de vista que nuestro objetivo es que nuestros alumnos crezcan aprendiendo. Si nuestro trabajo, por muy lucido que sea, no repercute en mejorar su aprendizaje, de nada sirve.
Hola, Ana:
Qué frase tan poderosa la de «nuestro objetivo es que nuestros alumnos crezcan aprendiendo». Me enriquece esa visión de enfocar los «éxitos educativos» desde ese punto de vista. También comparto contigo la idea del «Gran grupo» y lo difícil que resultada remar todos a la vez. Creo firmemente que el poder de los equipos está en lograr sumar el mayor número de fuerza hacia ese hermoso objetivo que planteas de «alumnos que crezcan aprendiendo». Muchas gracias por tu opinión Ana.
Hola a todos!
Al hilo del comentario de Ana de no poner en último lugar la orientación hacia los resultados educativos, sino darle un lugar prioritario, por supuesto que yo tampoco lo pondría en último lugar, pero es más, me atrevería a cambiarlo y a resaltar la importancia que tiene el que toda la comunidad educativa haga un gran equipo respecto a la «ORIENTACIÓN EN LOS PROCESOS EDUCATIVOS JUNTO A LOS ALUMNOS», es decir, juntar todas las fuerzas para que los alumnos no solamente tengan buenos resultados académicos, sino que a lo largo del proceso de aprendizaje sean unas personas felices.
Hola, Silvia:
Yo también creo que juntar el mayor número de fuerzas para que los alumnos logren ser personas felices, daría un enfoque nuevo a la palabra «resultados», desde mi punto de vista le sumaría al apellido «académicos», segundos, terceros y hasta cuartos apellidos: emocionales, cooperativos, despliegue de talentos,etc
Muchas gracias por tu opinión Silvia
Hola, María José:
Esa propuesta de «potenciar espacios de comunicación formales e informales», la comparto. Desde mi punto de vista, vuestro día a día como docentes es tan intenso y con unas jornadas muchas veces casi maratonianas, que encontrar momentos para comunicaros como equipo amplifica el resto de competencias. Muchas gracias por tu opinión Mª José
Hola, koke:
Me ha calado tu frase de «creo en la necesidad primera de dibujar el escenario, el marco en el que queremos vivir y hacer…» quiero compartir contigo un enlace de un maestro que un día también se puso a dibujar ese escenario, como hicisteis vosotros como equipo del Al-Qázeres ayer, y que me resultó muy interesante su dibujo sobre la educación del siglo XXI.
https://www.youtube.com/watch?v=LcNWYNp2MSw
Muchas gracias por tu opinión Koke